Es un museo de carácter monográfico
fundado en 1942, dedicado al escultor Francisco Salzillo y que acoge
obras tales como los pasos procesionales de la Cofradía de Nuestro
Padre Jesús Nazareno y el Belén.
El Belén de Salzillo se conoce también
como "La Colección Riquelme", pues fue un encargo que hizo Jesualdo
Riquelme y Fontes para colocarlo en la casa familiar.
Se cree que Salzillo inició el encargo
hacia 1776 y prolonga la obra hasta el año de su muerte 1783,
quedando en manos de su discípulo Roque López la finalización de
personajes previstos por el maestro y que no le dio tiempo a
modelar.
Nos encontramos ante un conjunto
escultórico en el que se describen las escenas bíblicas según los
Evangelios de San Mateo y San Lucas. Está compuesto por más de 500
piezas, tratadas todas de forma individualizada, irradian vida
gracias a un modelado exquisito. Repletas de detalles que al igual
que el color, han sido elegidos cuidadosamente para establecer una
cierta jerarquía.
De esta forma, los personajes del
pueblo, del mundo rural, reproducen gestos, posturas y facciones de
un realismo asombroso, propias de la vida cotidiana de la Murcia del
Barroco, que ponen de manifiesto la diversidad de caracteres,
oficios y costumbres; como contrapunto, vemos semblantes serenos
casi místicos, de además elegante en los personajes de "lo sagrado".
Son todas las piezas de barro
policromado, a excepción de la figura central del Belén: el niño
Jesús es una diminuta talla de madera de sólo 7cm.
Además de las figuras humanas, el
tratamiento de los animales es tan real que casi cuesta no entender
cómo los rebaños de los diversos tipos de ganado, las aves, perros o
gatos, no se han movido de sus emplazamientos de exposición.
De este belén se ha escrito y hablado
tanto que podríamos incluir palabras y más palabras, pero como una
imagen vale más que mil palabras, lo mejor es verlo
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