LOS DESPOSIRIOS

 

Nada sabemos por los Evangelios canónicos sobre las vidas de María y José antes de la Anunciación. Lo poco que conocemos es a través de los evangelios apócrifos. Estos nos dicen que María es hija de Joaquín y Ana y que posiblemente vivían en Nazareth (Pseudo-Mateo, Protoevangelio de Santiago, Evangelio Armenio de la Infancia).

En ellos se nos cuenta como fue la infancia de María; afirman que fue confiada a la edad de tres años al Templo, a la congregación de vírgenes, todas ellas pertenecientes a la tribu de Judá y la familia de David, y así ser educada con otras niñas.

La edad a la que ocurren los hechos que vamos a explicar no coincide en dichos apócrifos, en unos son los 12 años, en otros, es a los 14 ó 15. De cualquier modo es en la pubertad y a la edad a la que toda joven judía era entregada en matrimonio. El Sumo Sacerdote quiere casarla como ordena la Ley, para ello son convocados todos los viudos de la estirpe de David para prometer a María a aquel cuya vara retoñará. José fue el agraciado, su vara floreció. Avergonzado por la juventud de María pone objeciones, aunque ante el temor de Dios termina llevándola consigo de vuelta a Nazareth.

A este respecto, señalar que todas las descripciones del Templo que pueden poseer algún valor científico nos dejan a oscuras en cuanto a la existencia de lugares en los que, dentro del propio recinto, las muchachas hubieran podido recibir educación. Luego la narración de los apócrifos (Pseudo-Mateo IV:1; Protoevangelio de Santiago VIII:2-3; y Evangelio Armenio de la Infancia IV:1-7), no es un hecho constatable.

Por otro lado, y como ya hemos podido ver en la sección "Hace más de 2000 años...", sobre las costumbres en los desposorios y matrimonio, se consideraba que las doncellas judías alcanzaban la edad del matrimonio cuando cumplían los doce años, aunque la edad de la novia variaba según las circunstancias. El matrimonio era precedido de los esponsales (pactados a iniciativa de la familia del novio), después de los cuales la novia pertenecía legalmente al novio, aunque no vivía con él hasta un año después, que era cuando el matrimonio solía celebrarse.

Suponiendo que Joaquín y Ana, como dan a entender los textos apócrifos, para aquel entonces hubieran fallecido, cabría la posibilidad de que la propia María hubiera elegido a José por esposo si tenemos en cuenta lo siguiente:

No se tienen noticias de que María tuviera ningún hermano, debemos suponer que era una heredera, y estaba obligada por la Ley (Número 36:3-9) a casarse con un miembro de la misma tribu. "[...] Y cualquiera hija que tenga heredad en las tribus de los hijos de Israel, con alguno de la familia de la tribu de su padre se casará, para que los hijos de Israel posean cada uno la heredad de sus padres, y no ande la heredad rodando de una tribu a otra, sino que cada una de las tribus de los hijos de Israel estará ligada a su heredad". La misma Ley prohibía el matrimonio entre determinados grados de parentesco, de modo que incluso el matrimonio de una heredera se dejaba más o menos a su elección.

 
 

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