LEGION ROMANA

 

LA VIDA DEL LEGIONARIO

 

Cada legión tenía su campamento fijo, como ya hemos visto en los artículos de "Disciplina y Entrenamiento" y "Campamentos y Fortificaciones". En ellos, ya estuvieran en marcha o en plena campaña vivían, dormían y pasaban su tiempo libre.

En tiempos de paz, una vez se terminaba la instrucción y se incorporaban a la unidad, a los legionarios se les encomendaba todo tipo de trabajos para que no estuviesen demasiado tiempo ociosos. A parte de labores de vigilancia, se les encomendaba otros trabajos duros y menos apetecibles para un soldado, como la construcción de calzadas.

Su tiempo libre lo ocupaban en diversas actividades con las que matar el tiempo: trapicheos, jugar a los dados, pasear por las calles del campamento, ocuparse de la familia, que aunque como ya hemos visto en artículos anteriores, tener familia estaba prohibido, se hacía la vista gorda. Dentro de las diversiones a las que podían recurrir dentro del campamento la más solicitada eran las casas de baños, donde se podía tomar vino y cerveza, jugaban a los dados e incluso podían comer platos que no formaban parte de la dieta diaria.

El soldado no solo debía conocer el oficio de la guerra, sino que además debía dominar otros oficios como sembrar, criar caballos y recolectar cosechas, y algún oficio de artesano para poder fabricar y reparar armas, así como saber manejar pico y pala para cavar fosos, construir campamentos, levantar muros, etc.

Existían ciertas ventajas en el oficio de soldado, una paga fija muy superior a la de cualquier campesino, un servicio médico y, después de la derrota del enemigo, muchas veces se presentaban ocasiones para el saqueo. Al licenciarse del servicio, 20 años para los legionarios, 16 para la Guarnición de Roma y la Guardia Pretoriana, 25 para los auxiliares y 26 para los marineros, a los soldados se les otorgaba el título de "veteranus". Recibían entonces una parcela de tierra o una buena cantidad de dinero equivalente a 12 años de paga. Para los auxiliares su principal recompensa era recibir, tanto ellos como sus hijos, la ciudadanía romana.

En cuanto a la sanidad, en cada campamento romano contaban con un hospital, el "Valetudianarium", donde eran tratados de cualquier tipo de dolencia. Los instrumentos médicos encontrados en excavaciones demuestran que prácticamente eran iguales a los usados hoy en día.

Ya hemos hecho referencia en otros artículos al hecho de que Roma pagaba a sus legionarios un sueldo en compensación por los servicios prestados a la patria. Además del salario, recibían pagas adicionales, partes del botín de guerra, premios por sus hazañas, etc. La mitad de estos extras eran depositados obligatoriamente en la caja de la legión, en una cuenta que debía servir para pagar sus honras fúnebres en caso de muerte o para asegurarles el retiro al licenciarse.

 
Autor Faxcinatrix
 

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