ARTESANOS NO ACTIVOS EN LA ACTUALIDAD

 

MANUEL ORTIGAS MENDEZ

 

Manuel Ortigas Méndez ha sido considerado por muchos como el dueño de la "mayor industria belenística de todos los tiempos".

No es de extrañar, por tanto, que por su fábrica hayan pasado o iniciado su andadura en la artesanía del belén maestros de la talla de Jesús Griñán Nicolás o José Fernández, hijo del administrador del taller de Ortigas y fundador de "Decorarte".

Ortigas empezó como viajante, representando las figuras de Gregorio Molera. Trabajaba con Molera, también como viajante, Juan Antonio Mirete Rubio. Sucedió que con la decadencia del taller de Molera, allá por los años 30 del siglo XX, Ortigas y Mirete decidieron crear sociedad y se instalaron por su cuenta. Dedicando la actividad de su taller a la creación de santos, quedando las figuras de belén en segundo término.

Pese a la amistad que los unía, no tardaron en darse cuenta de que debían atender a sus clientes por separado. He aquí que en 1933, Ortigas abrió su primer taller en la carretera de Monteagudo, para luego trasladarlo de forma definitiva a Torre de Romo. Su modelista por aquel entonces, era Pedro Hernández y su hombre de confianza y administrador, José Fernández (padre). Contó, además, con la maestría de Punteres, juguetero experto en cartón; de esta forma, Ortigas aseguraba los ingresos durante todo el año, pues alternaba la fabricación y venta de figuras de belén y santos con los juguetes de cartón.

El papel de Ortigas siempre fue el de comercial, que era lo que sabía hacer además de forma excepcional. Así que además de los belenes, santos y juguetes, en su taller se fabricaban figuras decorativas, algunas con la imagen de personajes tan populares como "Popeye" o el "pato Donald".

En cuanto a las figuras de belén, se fabricaban en tres estilos: el murciano corriente, el granadino y el conocido como "género fino" de línea hebrea. Al principio las figuras se policromaban con pinturas al huevo compuestas en la propia cáscara, que daban a la figura un tono satinado muy fino, pero con el tiempo se descascarillaba. También se utilizaban las denominadas como pinturas al barniz o de carro, obtenidas en el taller a partir de pinturas de tierra compradas en las droguerías.

Como hemos mencionado, el administrador de la fábrica fue J. Fernández y fue gracias a su hijo, que la marca Ortigas conoció su mayor época de esplendor y popularidad.

Ortigas Méndez venía pensando en crear una línea totalmente nueva e innovadora, y expuso estas ideas a José Fernández quien después de consultarlo con su padre, aceptó la oferta. Empezó con la transformación del modelaje, llamando como modelista a Manuel Jiménez Oviedo, quien supo plasmar las ideas de Fernández. Obtuvieron así toda una nueva colección de figuras, en las que también había cambiado la policromía. Se sustituyó pues la pintura de una sola tonalidad por otra rebosante de matices, gracias a la idea que tenía Fernández de mezclar la pintura con anilinas y las figuras cobraron esplendor y belleza.

Durante los veintiocho años que Fernández estuvo al frente de la dirección artística del taller, la fábrica se había encumbrado hasta tal punto que les "llovían" los pedidos, se les había galardonado con numerosas distinciones y premios; vendiendo la producción no sólo en España, sino también en Venezuela, México, Panamá, Bélgica, Cuba, Estados Unidos y Francia, dedicando a la exportación a estos países un 10% de la producción anual.

Como anécdota, queda la instalación del Belén Monumental del Ayuntamiento de Murcia en 1971, como representación del Gremio de Artesanías Varias, que contaba con 500 figuras de las cuales, por decisión de Fernández, se colocaron directamente en el césped del Jardín de Santa Isabel, puesto que no tenían una plataforma adecuada y al parecer, la Comisión de Cultura y Festejos del Ayuntamiento no se prodigó en colaboración. Durante aquellos días llovió intensamente, sin embargo las figuras no sufrieron daños pues habían sido impermeabilizadas a conciencia. Lo que sí ocasionó daños fue la buena voluntad de la gente, que arrojaba monedas, como viene siendo costumbre en los belenes públicos, dañando las piezas.

La ambición de Ortigas por aquel entonces le llevó a abrir taller en Perú, que, a diferencia del instalado en Madrid en 1940, si que llegó a funcionar, aunque se sabe bien poco de su desarrollo.

Casi de forma inexplicable, el engranaje de la fábrica comenzó a alterarse. Aparecieron "discrepancias" entre Ortigas y Fernández, quien expresó al industrial su deseo de dejar la firma (su padre había ya fallecido). Como gesto de buena voluntad, como se ha descrito en algunas fuentes, Ortigas regaló a Fernández un juego completo de moldes, por si quería establecerse por su cuenta, lo que al final sucedió y creó la firma "Decorarte", que siguió con la línea de figuras que habían seguido en Ortigas y que se enriqueció con la creación de otras nuevas. La marcha del director artístico en 1978, aceleró el desmoronamiento del taller.

Ortigas, a sus 84 años, vivía en Madrid, quizá cansado ya del negocio. Pese a varios intentos por reflotar la fábrica por parte de los empleados entre 1978 y 1979, vieron el cierre definitivo el 31 de marzo de 1979. Las existencias fueron vendidas para liquidar a los empleados y el resto, moldes, figuras, etc. fueron sacadas a subasta.

Manuel Ortigas falleció en Madrid, a las 23:00h del 24 de diciembre, Nochebuena de 1979.

 
Autor Javito
Fuentes - Región de Murcia Digital
- El Arte del Belenismo de la Región de Murcia. María José Díaz y José María Gómez. Murcia: Editora Regional de Murcia, 1983
Imágenes Colección privada del autor del artículo.
 

©  LA WEB ASINBE (2007-2009) - V. 2.0